REGALO IDEAS POR UN MUNDO MEJOR
En mis ratos libres vengo calculando lo que podemos ahorrar y reinvertir para mudar el globo. He tenido algunas ideas que pongo a vuestra disposición, por si un día os hacen presidentes.
1. Acabar con la literatura de baja calidad, un uso consciente de los recursos empieza por ahí, los libros que ya no sirven porque sus teorías han sido ultrapasadas o porque atentan contra la dignidad del ser humano pueden ser tranquilamente quemados. Con eso ahorramos leña y calefacción, -de la que no contamina-, evitamos futuras distorsiones de pensamiento y moral, desalojamos el espacio para que entren novedades mejores. Además, desarrolla el pensamiento crítico, pues obliga a seleccionar cuáles serán las obras que se perpetuarán. Los que, aún así, quieran escribir podrán hacerlo en formato virtual sin deforestar el pulmón del planeta. Digo todo esto porque yo misma ya publiqué mucha bazofia, y ahora me duele haber empleado mi cota de oxígeno en algo tan banal, vamos, que más me valía haberme estado calladita. Lema: limpiando el planeta de lo que no sirve y dando nuevos usos a lo aprovechable.
2. Mi segunda propuesta va a doler a los amantes del dinero y los que creen en la necesidad de la moda. He observado que producimos más de lo que necesitamos y en consecuencia tenemos más de lo necesario. Esto crea enfermedades (avaricia y compulsión por tener más, codicia de los bienes ajenos, envidia de lo que otros tienen y yo no...). Genera una exorbitante tasa de frustración en el ser humano. Nos inocula subrepticiamente la creencia en necesidades falsas. Reconstruyamos el valor de la felicidad auténtica que no está en el tener. Quien tenga dos abrigos, que done uno, que no compre más. Si quiere cambiar de modelo, acuda a una feria de intercambio, donde el dinero está prohibido, usted lleva lo que no quiere y lo cambia por otra cosa. Si no existe una de estas ferias en su lugar, organícela. En tiempos de crisis van a ver su bolsillo saneado gracias a estas ideas. Si cree que no le van a dejar ir a trabajar por llevar ropa usada, vieja o por no ir a la moda, es hora de cuestionar para quién trabaja. Lema: se lo lleve y me deje leve, leve...
3. La tercera subversión del desorden actual para volver al orden primordial es preferir lo natural. Haga la prueba, deje de comer todo lo que se vende en frascos de cristal y de plástico y se pase a más verdura y fruta (no se lo dice su médico hace lustros?). A la hora de la compra, use ligeras cestas de mimbre o tejido natural, o cajas de cartón no contaminantes y reutilizables. Use los frascos para almacenar, invente con ellos juguetes y ornamentos. Reutilícelos siempre que sea posible. Gran parte de comida que compramos en esos recipientes no beneficia nuestra salud. Evitándola ahorraremos energía pues las empresas no tendrán que comprar más frascos, hervirlos, limpiarlos, llenarlos, conservarlos, etc. Y quién trabaja en esos lugares...podrá montar su propia huerta, disfrutar del sol y de la lluvia, armonizarse con el ciclo de las plantas, de la luna y las estrellas. Ordeñar sus vaquitas, criar sus ovejitas y dejar de pelear para pagar la hipoteca.
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