DIVINA PROVIDENCIA EN MARIA
Cuando uno se abre al Dueño de toda prosperidad, y se entrega confiado en sus brazos inmensos, los milagros se hacen parte de nuestra vida cotidiana. Así de acunada me he sentido en este mes de vacaciones, en el que apenas pensaba visitar a los míos. Al llegar a la península ya recibí el primer regalo, una escala de 12 horas en Lisboa: lo que para otros sería una cruz, para mí se hizo flor...Visita a Fátima y sus grutas. Aún boquiabierta por la maravillosa onda expansiva de paz del lugar, tuve el privilegio de continuar camino hacia mi tierra, otra Santa Basílica, el Pilar.
Dos noticias consecutivas en el periódico local, impulsando el turismo por una ruta mariana, me llamaron a la sincronía, y me surgió la idea de continuar hacia Lourdes, donde su agua milagrosa curó mi corazón con la medicina del sincero arrepentimiento.
Pero la Gracia es magnánima, y por si me quedaba alguna duda, o si creía que yo solita había trazado este recorrido de fe, aún quiso darme el regalo de Montserrat. Ahí recibí la confirmación que véis en la foto. No dejo de entonar salmos de gratitud, si a quien poco da se le da tanto,...no basta con dedicar cada minuto de nuestra vida al Señor para agradecer...! En verdad todo lo que damos lo multiplica el Reino de los Cielos!
En una de las misas en la parroquia de mi niñez entonaron aquella canción de "Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el Camino, Santa María va.." . Entonces entendí que Ella ha guiado mis pasos aun cuando era torpe y me perdía, siempre ha estado a mi lado, Madre vigilante.
Para entrar en las grutas de Fátima (Mira d’aire), de Lourdes (Betharram), de Montserrat (Salnitre), invito a meditar sobre el sagrado misterio de misterios de la Inmaculada Concepción, honrando su memoria, venerando su santidad, agradeciendo su protección.
Deseo que todos los que lean esto puedan comprender la maravilla que es reposar nuestras penas en el halda que acogió al Salvador, el lugar más dulce en todos los mundos, en Él conoceréis el verdadero conforto, lo que os hará libres del dolor y de los viejos patrones destructivos.
Aproximaos, como niños, porque en verdad, en Él se descansa. Amor infinito.
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