Blogia
Aliwen

té chá chai thé tea...Té amo

té chá chai thé tea...Té amo

Por qué amo el té. “ La primera taza me humedece los labios y la garganta, la segunda rompe mi soledad, la tercera busca en mis entrañas estériles y encuentra en ellas unos cinco mil volúmenes de ideogramas extraños. La cuarta me provoca una ligera transpiración, y todo lo malo de la vida se me va por los poros. En la quinta estoy purificado; la sexta me lleva a los reinos inmortales. La séptima taza...¡ah ya no puedo tomar más! Sólo siento el hálito del viento frío que hincha las mangas de mi vestido. ¿Dónde está Horisan (el Paraíso chino)¡Dejadme cabalgar sobre esta dulce brisa y que me lleve por los aires!”

Lu Tong (Lu T’ung) "Siete cuencos de Té" 七碗诗 卢仝(唐. 790~835)

De acuerdo con la leyenda china, el Emperador Chen-Nung el Divino Cultivador descubrió el té accidentalmente cuando estaba hirviendo agua a la sombra de un árbol del té silvestre cuyas hojas se mecían dulcemente con la brisa, cuando unas hojas cayeron en su olla. El emperador bebió la infusión resultante y se sintió inundado de una sensación de bienestar.

Los indios atribuyen el descubrimiento al Príncipe Bodhi-Dharma, hijo del Rey Kosjuwo. Había dejado la India para ir al Norte a predicar el budismo a lo largo del camino. Prometió no dormir durante su meditación de siete años. Al final del quinto año estaba cediendo a la laxitud y la somnolencia, pero una providencial casualidad le hizo coger y mascar algunas hojas de un árbol no identificado. Resultó ser un árbol del té y sus extraordinarias propiedades le permitieron cumplir su promesa.

La leyenda japonesa dice que al final de tres años de meditación, el Príncipe Bodhi-Dharma cayó dormido y soñó con todas las mujeres a las que había amado. Al despertar, se enfureció tanto con su propia debilidad que se arrancó los párpados y los enterró. Volvió al mismo lugar algún tiempo después para encontrar que sus párpados habían enraizado y habían crecido hasta convertirse en algún arbusto desconocido. Mascó algunas hojas y descubrió que tenían la propiedad de mantener sus ojos abiertos. Contó la historia a sus seguidores, que recogieron las semillas y así comenzó el cultivo del té.

Se dice de Shen Nung, conocido como "El Sanador Divino", que utilizaba una gran variedad de plantas medicinales. En su libro de medicina Pen ts’ao afirma lo siguiente:  "El t’u amargo es llamado ch’a, hsuan y yu. Crece en invierno en los valles, a lo largo de los arroyos, y en las colinas de Ichow (en la provincia de Sechuán), y soporta los inviernos más severos. Se recoge el tercer día del tercer mes (en abril) y después se seca." Otra referencia sugiere que la hoja del té es "buena para los tumores o abscesos que aparecen en la cabeza, o para los males de vejiga. Disipa el calor causado por la flema o las inflamaciones del pecho".

Otra leyenda cuenta que otro monje budista llamado Dengyo Daishi, después de peregrinar por China, llevó semillas de la planta de té a un pequeño monasterio de Japón. Cuando las plantas crecieron, le llevó hojas de té al emperador y le enseñó cómo preparar la infusión. Al emperador le encantó esta bebida y ordenó plantar té en cinco regiones cercanas a Kioto que, por aquel entonces, era la capital de Japón.

Entre los siglos IX y XI, las relaciones entre China y Japón se fueron deteriorando y el té dejó de ser consumido por la Corte japonesa. Tiempo después, los japoneses volvieron a tomarlo y desarrollaron la conocida ceremonia del té, una de las costumbres más difundidas de la cultura japonesa.

A cerimônia do chá - chamada em japonês de sadô, chadô ou chanoyu - é muito mais do que um ritual estilizado de servir chá verde em pó numa atmosfera serena. É uma filosofia de vida que há séculos vem influenciando muitos aspectos da vida dos japoneses.

 O chá verde em pó (macha) foi introduzido no Japão no final do século XII por monges zen-budistas que chegavam da China. A partir do século XIV, espalhou-se entre a classe alta o hábito de fazer reuniões sociais para tomar chá, notadamente para a apreciação de pinturas.

Sob a influência dos samurais, na época a classe dominante na sociedade japonesa, desenvolveram-se certas regras a serem seguidas pelos participantes das reuniões de chá. Foi essa a origem do chadô (literalmente, "Caminho do Chá").

No início, as reuniões de chá eram caracterizadas pela ostentação. Foi somente no final do século XV que o monge zen-budista Murata Juko (1422-1502) passou a incentivar a prática da cerimônia do chá em salas pequenas e com poucos utensílios.

Outro monge, Sen no Rikyu (1522-1591), deu a estrutura definitiva para a cerimônia do chá, no final do século XVI. Ligado à filosofia zen, Rikyu pregava o espírito wabi (desprendimento, simplicidade, eliminação do supérfluo) para a cerimônia do chá, o que também se tornaria a essência da arte japonesa.

 Rikyu, considerado o maior de todos os mestres de chá, identificou os quatro princípios que guiam as regras do Caminho do Chá: harmonia (wa), respeito (kei), pureza (sei) e tranqüilidade (jaku).

Uma frase sintetiza bem o significado do chadô: ichigo, ichie ("um momento, um encontro"). O chadô ensina que se deve viver todo momento intensamente, pois ele é único, não se repete.

Outro conceito importante da cerimônia do chá é "kokoro ire" (colocar a alma). O anfitrião procura pôr toda sua alma na reunião de chá e executa seu papel com o propósito de criar uma atmosfera na qual o convidado possa encontrar tranqüilidade.

Após a morte de Rikyu, seus ensinamentos foram passados de geração a geração, por seus descendentes e discípulos. Formaram-se diversas escolas, das quais a que tem maior número de seguidores é a Escola de Chá Urasenke, dirigida desde 1964 por Soshitsu Sen, 15ª geração de grão-mestre de Urasenke.

 

2 comentarios

Arkhazul -

Algo más, me sorprende que tenga esa imagen con el rayo de luz en la frente, igual que la imagen fractal que tengo en la portada de mi blog:
http://transfractal.blogspot.com/
y que obtuve con el programa Apophysis, debe ser obra de Dios.

Arkhazul -

Hola, estoy leyendo su traducción de "El Sello de los Sellos" de Bruno y estoy maravillado, no sólo por la grandeza cósmica de Giordano, sino también por la fluidez que ha impreso a la traducción, busqué su nombre en google y apareció este bonito blog, que espero seguido visitar. Gracias y felicidades.