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Aliwen

PENSAR MUCHO Y PENSAR BIEN

PENSAR MUCHO Y PENSAR BIEN

Alba después de la Pascua de Resurrección. Limpiando el templo que soy, deseo clarear los infiernos interiores y descubrir los mil rostros de la falacia en las voces que me habitan y me visitan, sin pretender adoctrinar a nadie fuera de mí misma.

La obsesión mental dista un paso del uso eficiente del pensamiento, que puede desembocar en genialidades y altas capacidades cognitivas. Sin embargo, no nos enseñan a raciocinar para la felicidad y la solución, ni a criticar constructivamente. En nuestro fuero interno trabamos conversaciones inaudibles que acaban solidificando como verdades incuestionadas, hasta que la realidad, con su traje cambiante, nos obliga a despertar y deshace nuestras enredaderas de humo.

¿En qué diferenciaremos el pensamiento productivo/significativo de aquel que nos lleva a la debacle? Discernir: uno es eficiente, otro es repetitivo. Uno es ergonómico y económico, el otro desgasta y agota en espirales destructivas. Uno resuelve, otro complica. Uno simplifica, otro crea problemas añadidos. Uno se apoya en sabios fundamentos,  experiencia y verdades contrastadas, mientras el otro temblequea intentando sostenerse en verdades a medias, afirmaciones categóricas, generalizaciones, frases hechas, estereotipos, creencias infundadas, convicciones irrebatibles, en fin, las incontables voces del miedo.

En el pensamiento hoy toca podar ramas secas, limpiar la maleza, plantar semillas salutíferas. Meditar es dejar el campo en barbecho. ¿Somos conscientes de lo que plantamos en nuestro jardín mental y cómo al volverse creencia o hábito, eso condiciona nuestra conducta?

Y después de forjado el pensamiento, ¿sabemos ponerlo en palabras, adecuarlo al contexto, sentir al receptor, calcular el efecto parabólico de nuestros dardos/saetas verbales? ¿Asumimos las posibles consecuencias de nuestras palabras y su impacto imprevisible? "Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio..." ¿Estamos dispuestos a aceptar un no por respuesta, a convivir con un pensar diferente? ¿Conseguimos tolerar y neutralizar dentro de nosotros mismos lo que nos rechaza y nos ataca? ¿Somos capaces de decir no o expresar nuestra parte de verdad sin ofender y a costa de la reacción ajena?

“Bendecid a los que os maldicen y rezad por los que os persiguen”: con la bendición, limpias la tierra que te cabe, -tu recinto interior-, para que no entre la sed de venganza y acabes sintonizando la frecuencia del atacante. Con la oración, irradias amor desde tu corazón y tu mente hacia los que se avecinan en tu dirección con funestas intenciones. Magnetismo protector. Hordas de ángeles te rodean. Legiones de las milicias celestes te abren camino. No temas, camina. Que la Madre Piadosa te cubra con su Manto.

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